¿Qué es eso?       

El discurso de odio es un fenómeno generalizado en Internet, ya que involucra a innumerables usuarios de la red, ya sea  como víctimas y victimarios.                                                          

Tomando un ejemplo concreto, es como un líquido que se esparce rápidamente y en una amplia gama y, por lo tanto, algo difícil de contener. 

De hecho , el odio en línea no es diferente del odio fuera de línea. Siempre se habla de una acción encaminada a someter y humillar a otras personas y que, como el racismo y las expresiones de odio, conducen a la negación de los derechos fundamentales de la persona. Lo que cambia es que, por primera vez, internet ofrece un espacio para crear mensajes discriminatorios y, en poco tiempo y con poco esfuerzo, difundirlos a gran escala.

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Desde este punto de vista, Internet se convierte en una herramienta de propaganda de manifestaciones científicas y sociales, incluso formalmente autorizadas, que en realidad enmascaran expresiones racistas y xenófobas.                                                                              

Es peligroso porque al mismo tiempo provoca un proceso de cambio cultural que conduce a manifestaciones de discriminación e intolerancia fuera de línea.

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¿Qué es el odio en la web hoy?            

Las palabras de odio en la red representan un fenómeno muy extendido: este fenómeno afecta a los individuos más vulnerables por características puramente estéticas y culturales que ciertamente no afectan a nuestra persona tales como: orígenes, religión, género, identidad de género, orientación sexual, situaciones económicas y apariencia.

A veces son incitados por personas influyentes, en otros casos la chispa se dispara por noticias o noticias falsas.                                                                                       

¿Cuáles son las diferencias que caracterizan el habla en línea del habla tradicional?

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Son principalmente cuatro:

1. PERMANENCIA , es decir, el potencial de las manifestaciones de odio en línea para permanecer activas a lo largo del tiempo en varias formas, para ser transferidas entre diferentes plataformas con la posibilidad relacionada de estar continuamente adjuntas a otro contenido;

2.   el RETORNO IMPREVISIBLE , es decir, la eliminación de un contenido de la web no equivale a la desaparición total del mismo ya que ese mismo contenido puede aparecer y “revivir” en otro lugar, en otro tiempo o, quizás, en el mismo plataforma pero con diferente rumbo;

3.   ANONIMATO o uso de seudónimos y nombres falsos. Esta es la diferencia más importante. De hecho, dado que la web es un lugar donde es posible actuar de forma anónima, muchos usuarios se sienten con más derecho a expresar el odio: muchas veces es la idea de actuar sin peligro de ser identificado lo que fomenta el fenómeno;

4.   TRANSNACIONALIDAD  , es decir, la ausencia de fronteras y la posibilidad de difusión masiva de mensajes, lo que incrementa considerablemente el fenómeno del discurso de odio y agrava aún más la identificación de esquemas legales para combatirlo.

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En este punto, recordemos el “Código de conducta para contrarrestar el discurso de odio ilegal en línea” (dirigido a prevenir la proliferación de discurso de odio racista y xenófobo en línea con la ayuda de las redes sociales).

El Código en cuestión obliga a las plataformas en cuestión (Facebook, Twitter, Youtube…) a proporcionar procedimientos claros y efectivos para denunciar formas ilegales de incitación al odio dentro de las propias.